En los últimos años, América Latina y el Caribe han sido testigos de un movimiento migratorio sin precedentes. Más de 4 millones 500 mil migrantes y refugiados venezolanos han logrado regularizar su situación en 17 países de la región desde 2019, cifra que refleja el compromiso de los gobiernos locales y la comunidad internacional. Sin embargo, a pesar de este progreso, la región enfrenta retos persistentes que requieren soluciones coordinadas y sostenibles.
Más de 4.5 millones de migrantes y refugiados venezolanos
En 2024, más de 1 millón 300 mil refugiados, migrantes y miembros de comunidades anfitrionas se beneficiaron de iniciativas diseñadas para facilitar su integración, protección y asistencia humanitaria. Estas acciones fueron coordinadas a través del Plan Regional de Respuesta para Refugiados y Migrantes (RMRP), liderado por la Plataforma Regional de Coordinación Interagencial para Refugiados y Migrantes de Venezuela (R4V), en colaboración con la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y ACNUR.
A pesar de estos avances, se estima que el 82% de los venezolanos en la región trabaja en el sector informal, y más del 53% enfrenta barreras para acceder a servicios básicos de salud. Además, un 42% no tiene los ingresos suficientes para alimentar a sus familias, y el 23% vive en condiciones de hacinamiento. Entre los migrantes y refugiados de otras nacionalidades en tránsito, las necesidades son aún más graves, ya que hasta el 90% carece de servicios esenciales como alimento, protección y refugio.
Desafíos persistentes en la región
La región enfrenta problemas estructurales que dificultan la estabilidad de los migrantes y refugiados. Factores como la inestabilidad económica, la inseguridad y la desigualdad social contribuyen a que muchos migrantes permanezcan en situaciones de irregularidad o empleo informal, lo que aumenta los riesgos de trata y contrabando de personas.
La integración de refugiados y migrantes es crucial para construir sociedades inclusivas. Garantizar el acceso a servicios esenciales como el mercado laboral y redes sociales crea una situación de “ganar-ganar” tanto para los migrantes como para las comunidades que los acogen.
Los esfuerzos de regularización deben complementarse con iniciativas robustas de estabilización e integración socioeconómica. Esto incluye garantizar el acceso a la educación, la atención sanitaria, la validación de títulos profesionales y la inserción en mercados laborales formales. Sin estas medidas esenciales, las dificultades relacionadas con la informalidad y la irregularidad continuarán afectando tanto a migrantes como a las comunidades de acogida.
Casos de éxito y retos pendientes
Algunos países han mostrado ejemplos destacados de buenas prácticas. Por ejemplo, Colombia ha liderado esfuerzos de regularización con su Estatuto Temporal de Protección para Migrantes Venezolanos, permitiendo que millones accedan a documentación legal y servicios esenciales. Sin embargo, otros países aún enfrentan retos significativos debido a recursos limitados y capacidades institucionales insuficientes.
La integración no solo beneficia a los migrantes, sino también a las economías locales. La inclusión de migrantes en los mercados laborales formales puede impulsar el crecimiento económico, generar innovación y enriquecer el tejido social de las comunidades de acogida. Sin embargo, para que esto sea posible, se requiere el apoyo continuo de la comunidad internacional y una mayor inversión en programas de desarrollo sostenible.
Importancia del apoyo internacional
Es fundamental fomentar alianzas entre los gobiernos, las organizaciones internacionales y las comunidades locales. La participación de actores diversos, incluyendo organizaciones lideradas por refugiados y migrantes, puede garantizar que las respuestas sean inclusivas y adaptadas a las necesidades reales sobre el terreno.
La crisis migratoria en América Latina y el Caribe representa un desafío complejo que requiere soluciones integrales y coordinadas.
El apoyo a los refugiados y migrantes no solo es un imperativo humanitario, sino también una inversión en el futuro de toda la región.
Publicado el 11 de noviembre de 2024.
