El presidente de Guatemala, Bernardo Arévalo, aseguró esta semana que su gobierno mantiene una postura de cautela y optimismo ante las posibles políticas migratorias que la administración estadounidense podría implementar próximamente. Durante su segundo año de mandato, el Ejecutivo guatemalteco manifestó su interés en impulsar estrategias conjuntas con Estados Unidos para afrontar el fenómeno migratorio, cuya complejidad exige soluciones compartidas en toda la región.
Presidente Arévalo: plan para deportados y visión de futuro
La cooperación bilateral en materia de seguridad continúa siendo un pilar fundamental. De acuerdo con cifras oficiales, Guatemala logró duplicar la incautación de sustancias ilegales en el primer año del mandato de Arévalo, reforzando el compromiso del país con la estabilidad regional. El jefe de Estado subrayó que estos resultados demuestran la voluntad guatemalteca de mantener operativos coordinados con Estados Unidos y otros socios internacionales en la lucha contra el narcotráfico.
El plan de la Casa Blanca enfocado en la deportación de migrantes sin documentos podría repercutir de manera significativa en las economías centroamericanas.
Guatemala, cuyas remesas constituyen alrededor del 20% de su producto interno bruto, se prepara para un escenario de retornos masivos. En declaraciones recientes, Arévalo confirmó la creación de un programa nacional para facilitar la reintegración de los deportados, con asistencia laboral y psicológica.
Por otro lado, el gobierno guatemalteco también anunció el fortalecimiento de sus consulados en territorio estadounidense.
Estos consulados contarán con recursos adicionales y herramientas digitales —incluida una aplicación móvil— para informar oportunamente a los migrantes sobre cambios en las políticas migratorias y eventuales redadas. Asimismo, se han entablado conversaciones con México para explorar la posibilidad de ofrecer apoyo consular conjunto a los guatemaltecos que se encuentren en situaciones vulnerables.
Búsqueda de soluciones regionales
La nueva administración estadounidense ha expresado anteriormente su intención de abordar la migración desde una óptica regional.
Guatemala, en ese sentido, propone medidas que incluyen el impulso de proyectos productivos en áreas fronterizas y la apertura de canales de trabajo temporal. Estas propuestas buscan reducir la necesidad de emigrar y, paralelamente, brindar oportunidades a quienes retornan.
Mientras tanto, los países vecinos muestran señales de cambio en sus políticas de cooperación con Estados Unidos. Honduras, por ejemplo, ha cuestionado la justificación de una presencia militar estadounidense significativa en su territorio. Nicaragua, por su parte, mantiene una retórica distante frente a Washington.
Estas realidades evidencian la importancia de un enfoque integral que abarque no solo el control migratorio, sino también temas de corrupción, desarrollo social y derechos humanos.
Coordinación con socios internacionales
Guatemala proyecta seguir siendo un aliado confiable, según voceros oficiales.
Con el objetivo de fortalecer el diálogo multilateral, diplomáticos de Centroamérica se reunirán en México para debatir sobre soluciones concretas. Allí, se espera la participación de altos representantes de la región en la elaboración de estrategias comunes que procuren abordar los principales desafíos migratorios.
Arévalo enfatiza que los esfuerzos unilaterales, como los acuerdos de “tercer país seguro” implementados en el pasado, no ofrecen soluciones duraderas. En cambio, aboga por una cooperación más amplia que beneficie tanto a las naciones de origen como a las de destino. En este proceso, se busca además el apoyo de instituciones internacionales y socios estratégicos que puedan facilitar recursos técnicos y financieros para la puesta en marcha de proyectos de desarrollo sostenible.
El panorama diplomático sugiere que la interlocución entre Guatemala y Estados Unidos avanzará en un entorno complejo, marcado por cambios de gobierno y fluctuaciones económicas. No obstante, la administración Arévalo considera que la historia de cooperación y el interés mutuo en la estabilidad regional pueden servir como base para la construcción de puentes.
Fuentes consultadas:
Publicado el 16 de enero de 2025.